Los cambios de comportamiento en gatos mayores pueden deberse a enfermedad sistémica, patologías intracraneales o degeneración neuronal. Pueden aparecer síntomas comunes entre ellas y a veces encontramos patologías concurrentes.
Los cambios más frecuentes se refieren a vocalizaciones, eliminación inadecuada, alteración del ciclo vigilia-sueño, desorientación y mayor apego a los tutores.
A nivel cerebral, en el envejecimiento, se producen una serie de cambios como Atrofia cerebral, ensanchamiento de los surcos, dilatación ventricular, pérdida neuronal, aumento de las células de la Glia, microhemorragias o infartos en vasos periventriculares que podrían disminuir la oxigenación cerebral, y disminución de la función colinérgica. Todos estos cambios conducen a una enfermedad progresiva, irreversible, crónica e incurable. En gatos mayores de 15 años se considera una prevalencia del 50%.
El diagnóstico es por exclusión y muchas veces constituye un reto.
El objetivo es mejorar la calidad de vida del gato y de los tutores mediante opciones farmacológicas, dietas: antioxidantes y ácidos grasos omega3, selenio, L-carnitina, enriquecimiento ambiental y mejorar el entorno del gato.